Como buenos hortelanos, preocupados por nuestro campo, en estas últimas semanas hemos llevado a cabo varias operaciones en el huerto, después de la siembra de invierno que hicimos un poco antes de Navidad.
Como vimos que algunos pajaritos se pegaron un buen atracón con nuestras lechugas y espinacas, que no llegaron a desarrollarse porque nuestros amigos alados se zamparon los plantones, hemos construido, sobre todo los alumnos de 3º de Primaria, unos estupendos espantapájaros que cuelgan ya de las paredes desanimando a los glotones.
Además, estuvimos regando, moviendo la tierra, comprobando la evolución de las zanahorias, los rabanitos, los ajetes, las lentejas… etcétera… Como este invierno por ahora no ha helado, y ya no tiene pinta de que lo vaya a hacer mucho, pues todas las plantas están sobreviviendo fenomenal. Esperamos poder cocinar todo lo que nos den esta primavera, igual que no hemos dejado de hacerlo con nuestro pimientos que, contraviniendo todas las leyes de la lógica, siguen dando deliciosas verduras desde que empezaron a germinar en verano.
Por último, reseñar que nuestro «agricultor mayor», Juan Vicente Guerrero, nos proveyó de nuevos plantones de lechuga, que sembraron los alumnos de 6º. Veremos si hay suerte y los pájaros no se alimentan otra vez de nuestras esperanzas. Aunque, como aquí estamos para aprender, y no para hacerle la competencia a Mercadona, también nos han servido los apetitos de las aves para hablar a nuestros chicos de las cadenas de alimentación y de los equilibrios entre naturaleza, agricultura, vida salvaje…